Vaya.
Es increíble cómo, aun estando sumergida en aquel estado de inconsciencia, me
di a la tarea de recoger cada palabra dicha por Ross y cada verdad oculta a
Michael.
En aquel remolino de colores intensos, sensaciones extrañas y ambiente
insustancial, apenas podía creer lo que mi cerebro recordaba como algo nunca
ocurrido. No podía ser. Simplemente imposible.
En realidad, si hubieran sido otras las circunstancias, probablemente lo
hubiera creído. Pero un pequeño detalle se encargaba de cambiar completamente
el sentido a la situación. Michael no era sólo “Michael, el chico común y
corriente de lindos ojos y bonita sonrisa”. Michael era “Michael Jackson, el
astro del pop, la estrella inaccesible escondida tras diez guardaespaldas y un
millón de flashes, gritos y desmayos”.
Aquel detalle que tanto me había esforzado en pasar por alto cambiaba todo,
involucrando a mi propio corazón, algo nada conveniente.
Y ahí, perdida entre imágenes flotantes, escuché una voz familiar que pugnaba
por arrancarme de la inconsciencia. Una suave cadencia de notas que me
llamaban. Y, para ser totalmente honesta, debo decir que sólo deseaba que
aquella voz fuera la voz que yo deseaba oír.
Su voz.
Y quizá fue mi mismo deseo de ver los ojos del propietario de esa voz que me
confundía hasta en sueños el que hizo que por fin despertara… Desperté, hice el
inhumano esfuerzo de abrir los ojos, y miré confundida a mi alrededor… sólo
para llevarme una desilusión del tamaño del Océano Atlántico, pues aquella voz
pertenecía a Phoebe.
—¡Oh, Dios! Al fin despiertas.
—Phoebe…—susurré,
y apenas pude asimilar su rostro frente al mío, la miré sin ser capaz de
ocultar mi desilusión—. Lo siento, juré que escuchaba la voz de Michael.
Ella
sonrió un tanto aliviada, al tiempo que me ayudaba a incorporarme sobre el
sofá.
—No
me sorprende—rió con dulzura—. Él se ha ido hace sólo unas horas. Estuvo
tratando de hacerte volver en sí mucho tiempo.
—¿Qué
dijiste?—la boca se me volvió a secar, y abrí los ojos tanto como mi asombro me
había obligado.
No
lo podía creer.
—Que Michael se…
Comenzó,
antes de que Monica apareciera desde su habitación y la interrumpiera.
—¿Rachel, estás mejor?
—Sí,
sí Monica…—le tranquilicé tratando de sonreír mientras ella tomaba asiento con
nosotras—, estoy bien.
—Entonces ahora dinos, ¿¡Qué
demonios pasó anoche!?—Phoebe inquirió ansiosa.
¿A
dónde se había ido su tranquilidad?
—…No
lo recuerdo muy bien—admití, hundiendo mi rostro detrás de mis manos—. Sólo
recuerdo que estaba en el departamento con Michael y… de la nada, Ross ha
aparecido diciendo estas cosas que… Oh, Dios… Y ahora me estás diciendo que él
se acaba de ir de aquí hace unas horas y… no puedo creer que me haya visto de
esta manera…
—Espera…—Monica musitó—. ¿Ross
estuvo aquí también?
Entonces
volví a mirarla, sin terminar de comprender lo que había dicho.
—Sí… ¿Qué con eso?
—Pues…—titubeó, y Phoebe le cortó el
habla luego del intento.
—Lo que sucede es que… cuando
llegamos aquí… sólo estaba Michael.
¿Qué...?
—¿Ross no estaba aquí...?
Monica
negó, abrumada. Y yo no pude terminar de creerlo. Cómo es insostenible, el sólo
imaginar que luego de todo, luego de tanto que Ross había ocasionado hasta
ahora, me había dejado sola, luego de haberme desmayado.
Sola
y sin importarle nada más. Y vaya momento oportuno para importarle un demonio
dejarme a solas con Michael en casa.
La
sangre comenzó a hervir bajo mi piel.
—Lo
siento…—Monica susurró dulce hacia mí, como si tratara de enmendar algo—. Debió
haberse ido antes de que llegáramos nosotras.
—¿Michael
no les dijo nada de él?—inferí. Definitivamente tenía que haber alguna
explicación.
—Hum…
No—Phoebe replicó torciendo el gesto—. Todo ha sido tan rápido que nadie lo
mencionó.
Me
puse de pie aún con la sensación de que me temblaban las piernas y el par de
ojos de Monica y Phoebe siguiéndome a cada segundo. Anduve con cuidado hasta la
cocina para servirme un vaso de agua, cavilando en mi mente, pensando y
eliminando cada una de las alternativas. Cómo es siquiera que esto pudo pasar,
si creí que todo estaría en orden, que nada malo podría ocurrir.
Entonces,
aterrizó en mi cabeza; la única razón por la que Ross pudo haber reaccionado
así.
—Díganme
la verdad…—espeté. La expresión que ambas pusieron luego de mi petición me
confirmaron lo que menos quería—. ¿Abriste la boca, Monica?
Ella
palideció, y nada más. Yo estaba en lo correcto.
Lo
que siento por él; Monica fue quien lo dijo. Y ahora Michael lo sabía también.
—¿¡Por
qué demonios lo has dicho!?—bramé con creces, con el nudo en mi garganta
agrandando el volumen de mi voz—. ¡De haber sabido que todos estarían
enterados, jamás habría salido con Michael para complicarlo todo!
—Escucha, Rachel, lo sentimos…
¿Bien? ¡Nadie debía enterarse!
—¡Y Chandler fue el culpable de todo
esto!—Phoebe le hizo segunda.
—¡¿Y
ha sido Chandler!?—les grité con la voz agorada, brusca e infinitamente
incrédula.
Todo
se vino abajo.
—Y-yo...
—No
puedo creerlo. Simplemente no puedo—interrumpí a Monica dándole la espalda sin
importarme un demonio lo siguiente que ella planeara hacer. Porque estaba
furiosa, terriblemente. Porque si hace un par de minutos estaba feliz de
encontrarme con ella ahora no podía soportar la maldita imagen de sus ojos
preocupados fulminando los míos, no lo podía concebir.
—Rachel,
cometí el error de contarle a Chandler—musitó con miedo. Lo próximo de lo que
me enteré es que ya le tengo detrás de mí—. Pero debes entender, estaba triste
¿bien? Por favor, entiéndeme… debes hacerlo.
Finalmente,
volví a encararlas.
—Deben
entenderme ustedes a mí…—suspiré—. Es mi relación con Ross de lo que estamos
hablando. Y que no puedo creer que él se haya comportado de esa manera y… Lo
prometió.
Y
con un demonio, era cierto. Él prometió que no intentaría nada.
Sentí
la presión del aire propagándose contra mis ojos, haciéndolos humedecer. Me
giré para ocultar todo atisbo de debilidad frente a ellas entonces. Veloz, y
frotando mis ojos con la yema de mis dedos antes de percatarme de que alguien
tocaba la puerta.
—Hola...—Monica musitó con la voz
temblando al abrir. No hubo respuesta alguna.
Me
giré, y no pude ocultar más mi desprecio al percatarme; era él.
Ross.
—¿Puedo
pasar?—él susurró, mientras evitaba mirarme. Y como si se tratasen de las
palabras mágicas, Monica ya se encontraba cediéndole el espacio necesario para
ingresar.
Inmediatamente,
tomé cartas en el asunto. Y así, tan sencillo como él desapareció antes, yo
ahora no le quería ver.
—…¿Para qué?—avancé hasta obstruirle
el paso, impidiéndole andar.
Su
gesto se congeló.
—¿¡Para
qué!?—me miró como si hubiese sido insultado—. Porque me preocupas… quiero
saber cómo estás.
Sonó
como a un maldito chiste del que no me podía reír.
—Oh,
¿Te preocupo? ¿Yo? ¿De verdad te importo siquiera?—me bufé, harta. Y busqué
urgente la mirada de Phoebe y Monica detrás de mí—. ¿Oyeron eso? ¡Le importo!
Oí
a Ross resoplar.
—¿Podemos hablar?—él tocó mi hombro
para hacer que volviera a mirarle.
—No
lo sé, Ross. No lo sé… no tengo muchas ganas de ver a nadie ahora mismo… A ti
especialmente.
—Pero, Rachel… ¿Por qué?
—¿Sabes
algo?—me alejé, quería evitar que volviera a tocarme—. Sólo… olvídalo… ¿Bien?
¿Eso funciona para ti?
—¡No! Escucha, sé que cometí un
estúpido error pero creo que podemos...
—No, Ross… No más “Resolverlo”.
Eso
pareció bastar. Pareció dar fin al bullicio, a los gritos, y dar rienda suelta
al silencio frío que se propagó en la estancia.
Y
él simplemente asintió, y su mirada se tornó perdida.
—Mon,
creo que será mejor que venga más tarde a desayunar—espetó. Se dirigía a Monica
pero jamás dejó de observarme.
—Está bien, Ross.
Monica
contestó a mis espaldas, en un débil hilo de voz. Y cuando él lo hizo, cuando
salió y dejé de sentirle cerca, fue el primer segundo en el que fuo capaz de
sentir cómo mi ritmo cardiaco volvía a normalizarse. Me sentí bien, pero aún
así, no podía olvidarme de todo lo demás.
—Monica...
Lo lamento—me giré hacia ella luego de cerrar la puerta. Estaba dispuesta a
aceptar ahora su enojo; al fin, acababa de correr a su hermano de nuestro
departamento.
—Rachel, no te estoy reclamando
nada… Anda, ven…
La
sonrisa que me obsequió me atrajo hacia ella.
—Descuida—añade, tomado mi mano—.
Todo saldrá bien… Lo sé.
Las
miré a ambas, una y otra vez, alternadamente, por segundos eternos en los que
jamás habría podido cansarme de su bendita tranquilidad.
—No sé qué haría sin ustedes dos…
Gracias.
—Rach,
no es nada…—Monica sonrió, todo era como antes—. Sólo es que… nos preocupaste.
—Si…—Phoebe asintió, fingiendo un
puchero.
—¿Y ahora que harás?
Enmudecí,
no por no saber la respuesta. Sino, por miedo a decirla.
Así
con ellas, reconfortándome, acunando mi mirada en la suya, sonriéndome y
obsequiándome promesas silenciosas, me dieron la respuesta.
El
par de ojos que había anhelado mirar desde que he despertado esta mañana.
—Tengo que hablar con Michael.
******
—Te
lo digo de nuevo… Michael llegó demasiado tarde anoche. ¿Bien? Y no irá a
trabajar a menos que él se despierte por su propia cuenta. ¿Comprendes?
Restregué
mi oído con más fuerza hacia la puerta para escuchar. Frank sonaba
increíblemente rabioso, pero aún así parecía que trataba de contener su tono de
voz.
—Perfecto—continuó,
luego de esperar un par de segundos—. Te avisaré si él se despierta. Ya le
avisé a Quincy que llegaremos tarde… ¿Se te ofrece algo más? Debo colgar ahora…
Bien. Adiós, John.
Escuché
cómo azotaba el auricular contra el aparato, y en menos de un segundo, decidí
abrir la puerta y encontrarle.
—Dios…—presionó
el puente de su nariz con la punta de sus dedos, y suspiró agotado.
—¿Quién era, Frank?—le pregunté.
Se
sobresaltó al ver que yo había aparecido.
—¿Ah?
¡¿Michael?! Creí que… creí que estarías dormido. Dios mío, por favor dime que
yo no te he despertado.
—¿Qué?
¡No! No te preocupes, desperté hace una hora más o menos… De cualquier forma,
casi no pude dormir en absoluto.
Ni
pensar, ni meditar, y a duras penas, ni respirar correctamente podía. Aún
estaba conmocionado.
—¿Tienes problemas con el
sueño?—torció el gesto en tono de preocupación.
Asentí,
sin mirarlo. Aquello de todas formas no era una nueva noticia.
—Espera…—caminó hacia mí—. ¿Ocurrió
algo malo anoche?
Anduve
cabizbajo hacia la pequeña terraza de la habitación sin poder evitarlo, sin
tener otra oportunidad de buscar un suspiro para pensar qué diablos
decir.
—La
verdad ya ni sé si sea malo o no—admití en voz baja, pero al sentir que él ya
me había seguido, supe que lo había escuchado.
—¿Qué ocurrió? ¿Algo no ha salido
como lo planeabas? ¿Ella hizo algo?
—No,
no, estuvo perfecto. Ella estaba hermosa y…—mis palabras se detuvieron por un
instante—. Todo iba bien, pero creo que ha ido... demasiado bien.
—¿Por qué? ¿¡Qué demonios ocurrió
anoche!?
Sonreí
como un tonto. Era tan extraño, tan irreal el sentirme así de relajado luego de
todo lo que sé que había pasado, pensar en ella, recordarla ahí de pie frente a
mí segundos antes de haber escuchado todo lo demás. Para luego, haberme
limitado a sólo sostener su cuerpo frágil entre mis brazos.
Aún
parecía un sueño.
—…Bien—volvía
en encararlo—. Estábamos en su departamento. No creí que sería mala idea, ya
era tarde así que… evidentemente no pensé que ocurriría nada extraño y…
¿Recuerdas a Joey?
—Sí,
claro… Es el chico que no dejaba de hablar de Tatiana con su amigo, Chawnsy
¿no?
—Se
llama Chandler, sí—le corregí, sonriendo—. En fin, he encontrado varias
solicitudes de empleo a su nombre en la cocina y Rachel me explicó que a Joey
no le ha ido nada bien en su trabajo de actuación, así que me ofrecí a
conseguirle un par de audiciones para pequeñas apariciones. Rachel me estaba
agradeciendo, y...
Mordí
mis labios para reprimir la sonrisa que amenazó con aparecer. No sabía cómo
explicarme sin sonar esperanzado sin remedio, un idiota con miedo a ilusionarse
y que sólo lo ha malinterpretado todo.
—Lo
que sigue no debe ser nada agradable para que te pongas así. ¿No?—susurró con
timidez.
Había
leído todos mis pensamientos. Ahora quedaba decirle todo lo demás.
—Sentía
que estaba derritiéndome, Frank. Literalmente… no podía ser mejor, pero… Ross
entró al departamento.
—No puedo creerlo.
—Créelo—sentencié—, y eso no es lo
peor.
—¿Peor aún?
—…Ross
entró diciendo que Rachel... que ella... siente algo por mí. Y ella, sin decir
nada… se… desmayó. Sólo así.
Su
semblante tomó una terrible preocupación que me embruteció. Supuse que lo
esperaba, una reacción así, pero tuve más miedo de que continuara sin decirme
nada.
—No
sé…—masculló con la mirada perdida—. No sé qué decirte ahora. Yo quiero decir…
¿Lo está?, ¿Ella te quiere?
Ante
la pregunta, no pude más que encogerme de hombros.
—No
lo sé. Y no sé qué es esto que siento, cada que pienso las cosas quiero
convencerme de que no es así, que eso será lo mejor. Pero luego, la veo y…
Dios, no puedo evitarlo. No he podido dejar de pensar en eso y... ponerme a
sonreír.
—Escucha,
Mike—comenzó tendiendo sus brazos hacia mí, incorporándose a sí mismo—. Como
alguien que trabaja contigo te diría que no le veas más, que te olvidaras de
ella y siguieras concentrado en la música. Pero, lamentablemente también soy tu
amigo ¿No?—aguardó a que asintiera. En su lugar, le sonreí—. Y por el simple
hecho de serlo te digo que es más que obvio que sientes algo por ella, no
trates de convencerte de algo que no es, Michael.
Morí
en el interior. Por comprender que había pronunciado nada más que las palabras
correctas.
—Soy un desastre, ¿Cierto?—sentí mis
mejillas arder.
—Creo
que todos estamos así cuando sentimos ese tipo de sentimientos por alguien
especial. Pero, dime… ¿Cómo crees que ella reaccione si llegas a decírselo…?
—Eso
es lo que he estado pensando precisamente hace un rato, lo que me quitó el
sueño para variar… Aunque aun no me explique, ¿Por qué esa reacción de su
parte, Frank? No sé si ha sido bueno o malo lo que sucedió.
—¿Fue por eso que llegaste tarde
anoche?
—Sí.
No podía dejarla ahí, inconsciente. Ross sólo se quedó unos minutos pero, no
entendí muy bien lo que ocurrió con él. Sólo escuché que tenía que irse… Como
fuese, lo único que me interesaba en ese momento era que Rachel volviera en sí,
ayudarla. Entonces llegaron Monica y Phoebe y dijeron que ellas se encargarían.
Fue cuando decidí venir para acá… Siento si te preocupé pero tenía que
quedarme.
Negó,
despreocupado.
—Me parece que ella te importa más
de lo que pensabas.
—Aún
más que eso—musité con seguridad—. Y la verdad no sé qué demonios hacer con
todo esto, sé que tengo que hablar con ella… aclarar todo pero… Maldita sea,
¿Tiene que ser todo tan difícil?
—…Escúchame,
estoy de acuerdo contigo en que lo mejor sería hablar con ella, aclararlo todo…
Pero, antes de hacerlo tienes que acomodar tus pensamientos, ya sabes, pensar
qué es lo que le dirás. ¿Ya has decidido algo?
Apreté
ambos puños a mis costados, juntando coraje.
—Aún
no estoy seguro de decirle cómo me siento—confesé, evitando mirarle—. Ya te lo
he dicho, tengo miedo de que por mi culpa termine su relación con Ross. No
quiero que eso pase. No soportaría verla triste… por mi culpa.
—¡Entonces
explícale eso! Mira, es claro que no puedes dejar a la pobre chica sólo con la
duda en la boca… Entonces, sólo explícale, si tienes miedo de perjudicar su
relación con Ross, dile lo que sientes, pero dile que no tienes ninguna
intención al respecto, suena duro pero… así es como lo planeaste desde que
comenzaste a sentirte así ¿No?
—C-claro...—susurré sin
fuerzas.
Y
lo peor fue que ya no estaba, para nada, seguro de ello.
El
teléfono sonó desde el interior, y Frank se quejó sin darme cuenta de nada más.
—¡Maldita sea!—bramó, yendo hacia
adentro. Caminé luego de él.
—¿Qué? ¿Quién es?
—Debe
ser el estúpido dueño de la disquera de nuevo… No ha dejado de molestar en toda
la mañana. Permíteme, yo contestaré.
—…Si quieres.
Dejó
salir un brusco suspiro con los ojos cerrados antes de atender.
—Escucha,
pedazo de idiota. Para tu información, Michael acaba de despertar, ¿Contento? ¿¡Eso
era lo que querías no!
Vaya,
y yo que he creído que el suspiro le ayudaría a calmarse.
—En
un rato más irá a cumplir todas las órdenes que tengas para él—continuó, y yo
reí por lo bajo—, ¿De a cuerdo? ¿Eso funciona para…? ¿Hola…? Sí, claro, Dios, lo
siento muchísimo, Phoebe.
¿Qué?
—¿¡Phoebe!?—le cuestioné en voz
alta. De pronto, el parecía aterrorizado.
—...S-sí,
eh—titubeó luego de una pausa. Por Dios, ¡se trataba de Phoebe esta vez!—, hoy
Michael tiene una agenda muy apretada pero sí, creo que tendrá un rato libre
por la tarde… De acuerdo, nos veremos luego. Adiós, querida.
Frank
colgó, y comenzó a pestañear como si estuviese aturdido.
—Dios, ¿Qué quería
Phoebe?—inquirí.
—Preguntó
si estarías libre esta tarde, para hablar contigo sobre algo. Y he dicho que
tendrías algún rato libre por la tarde.
—P-para...
—Al parecer, Rachel quiere verte.
*******
Mecí
mis cabellos otra vez, para sacudir el agua que aún estaba derramando. Aunque,
Dios, ese baño me supo celestial.
—¿Pudiste
hablar con él, Phoebe?—me uní al resto de los chicos en la estancia, y tomé
asiento a un lado de ella.
—Bueno—Phoebe
frunció los labios pensativa—, no con Michael. Hablé con Frank pero… ha sido
algo… raro.
—¿Qué demonios puede ser raro para
ti, Pheebs?—Chandler se burló de ella.
—No
lo sé, creo que la gente hoy en día en vez de decir un simple “Hola” por
teléfono, se molesta en decir maldiciones a los demás—se quejó.
Joey
se inclino hacia ella luciendo indignación.
—¿Alguien te insultó, Phoebe?
—Sí—asintió con ojos atolondrados—,
pero no importa, creo que al principio me confundió con otra persona.
—¿Y, qué te dijo?
Todos
voltearon al verme apenas pude preguntar. ¿Se habrá notado mucho mi entusiasmo
por saber la respuesta?
—¡Oh! Cierto, me dijo que Michael estará
libre un rato por la tarde.
—Ah, muy bien...—musité. Al menos,
algo comenzaba a pintar mejor.
—Hey,
Rach...—Joey se acomodó sobre su asiento para mirarme mejor. Me sorprendió la
picardía que encontré en sus ojos—. Parece que te ha ido mejor de lo que
esperabas ayer con Michael ¿Ah? ¿Ah?
Resoplé,
rogando que ni una mala palabra saliera de mi boca.
—Claro, Joey—repliqué sarcástica—,
no tienes idea.
—¿Lo verás de nuevo, Rach?—Chandler
preguntó.
—Eso
espero, necesito hablar con él de algo importante. Por cierto...—traté de
dedicarle una sonrisa inofensiva a Phoebe, sentada del otro lado—. ¿Podrías
llevarme, Phoebe? No creo que me dejen pasar a ese lugar por mi propia cuenta.
—Claro, Rachel—contestó, agrandando
su sonrisa.
Cuando
Monica terminó de asear la cocina, se tiró a un lado de Chandler y me observó
con una expresión dubitativa, mientras Joey ya se dirigía a nuestro
refrigerador para tomar algo con toda la libertad que ella no le había
obsequiado antes.
—¿Le dirás a Ross?
—No lo sé—admití.
¿Debería
decírselo? ¿Ayudaría eso de algo?
—¡Rachel...!—Joey me llamó desde la
cocina en un tono chillón.
—¿¡Qué!?
—¿¡Quién demonios tomó mis
solicitudes de empleo!?
—¡Oh,
cierto!—suspiré aliviada, y me dirigí lenta hacia donde él se encontraba. Pero
claro, aún no se lo había dicho—. Joey, tengo algo que decirte... Escucha,
ayer… quien tomó tus solicitudes de empleo fue Michael.
—¿¡Michael!?—me miró como si aún no
hubiera comprendido.
—Precisamente
le he dicho a Michael que estabas teniendo problemas para encontrar un nuevo
trabajo. Así que… ¡Él se ofreció para conseguirte algunas audiciones! Ya sabes,
antes de que el tormento se desatara dentro del departamento.
—¡¿En serio!? ¡No puedo creerlo…!—echó
un par de saltos festivos por el lugar, y después de un abrazo improvisado que
me obsequió, volvió a tranquilizarse—. ¿Por qué? ¿Qué ocurrió anoche?
—Oh, Joey...—Phoebe apareció detrás
de mí, con afán de contestar. Inmediatamente le agradecí con la mirada el
haberme ahorrado la explicación. De nuevo—. Michael y Rachel estaban aquí
anoche cuando Ross entró de repente diciendo que...
La
puerta del departamento cedió, y Ross apareció en la estancia. Serio, abatido,
y ahora, sin nadie que le pudiese suponer lo contrario. El aliento se me cortó,
y Phoebe enmudeció al haberse dado cuenta de ello.
—¿Diciendo qué, Pheebs?
Ross
no dejó de mirarla en un momento. Ni a ella ni a mí. Sus ojos exigían
respuestas, pero no era como que alguien estuviera dispuesto a dárselas, o como
que él las mereciera.
Phoebe
volvió cabizbaja a tomar asiento junto con los demás.
—¿Qué ocurre, chicos?—Ross insistió.
—Nada—Monica sonó increíblemente
tranquila, y se puso de pie para acercarse a él—. Es sólo que me extraña que no
hayas vuelto desde esta mañana.
—Habría llegado antes de no ser por…—entonces
me dirigió la mirada más despreciable que jamás le había conocido. Si así es
como serían las cosas de este instante en adelante, él mismo estaba pintando su
raya en torno a mí, y yo no haría nada para remediarlo—. Hola, Rach…
Sentí
el peso de todas las miradas volviéndose hacia mí.
—...Hola—extendí las comisuras de
mis labios para quitar la loza de tensión que se sintió de pronto. Traté y
traté, y aquello no había sido suficiente—. Escucha, sobre hace rato...
—...No—me
cortó, y caminó hacia mí—, tranquila. Lo entiendo completamente, estabas
cansada, estabas muy estresada, descuida…
La
pesadez volvió. Todo aquello que había querido evitar. Tenía que ser una
maldita broma.
—De hecho, yo iba a darte la
oportunidad de disculparte—sentencié.
—¿Disculparme?—lució incrédulo—. ¿Y
de qué, Rachel? ¿De dejar que me echaras de aquí?
En
ese momento comprendí que mi paciencia no daría para más.
—Chicos...—susurré, nerviosa,
pasando mis ojos por cada uno de ellos.
Y
no hizo falta nada más. El resto salió por la puerta, y entonces lo supe;
entendí que el caos reinaría una vez más.
—Tú
no... tenías ningún derecho de venir a hablarme después de dejarme aquí con
Michael mientras estaba inconsciente.
—Pues
discúlpame por querer evitar que anoche ocurriera algo de lo que ambos pudiéramos
arrepentirnos... ¡Dios, qué idiota soy!
—Escucha...—mascullé
con los puños cerrados, enteramente cabreada y suspirando para calentar el
aumento del tono de mi voz—. No estaba ocurriendo nada anoche y no iba a pasar
nada. ¡Te advertí sobre esto y lo prometiste! ¡Dijiste que no intervendrías
mientras estuviera con Michael!
—¡Es
que últimamente todo ha girado en torno a Michael Jackson!—Ross llevó ambas
manos a la altura de su pecho para enfatizar su ridícula oración—. Ya no tienes
tiempo para mí, ya no siento que tenga una novia, Rachel.
Caminé
a trancos torpes por la estancia entera para procesar cada bendito pensamiento
que aniquiló mi mente. Cada posibilidad, estupidez y discusión que había tenido
lugar entre ambos hasta ahora. Los malos entendidos, los temores, los reclamos,
celos, Michael... todo.
Ya
no podía más.
—¿Qué,
Ross? ¿Y qué quieres que haga? ¿¡Que cancele completamente todos los planes
para estar siempre a solas contigo y puedas sentir que tienes una novia!?
—...No.
Pero no estaría mal que te dieras cuenta de que Michael no es más
que alguien que has terminado de conocer.
La
sangre hirvió bajo mi piel.
—¿¡Sólo un conocido!?
—…Sí.
—Ross,
¿Te das cuenta, de lo que estás diciendo? No se trata solamente de alguien que
he conocido por casualidad, es más que eso. ¿Bien? Estos últimos días he
recibido más apoyo de él que de ti. En fin, si no puedes entender eso, entonces…
—Sí,
Rachel—me cortó, sombrío—. Sí lo entiendo, y estoy contento por ti, pero
entiéndeme tú a mí. ¡Estoy harto de tener que relacionarme solamente con tu
estúpido contestador automático! Yo, ya no sé qué hacer...
—¡Yo tampoco lo sé, Ross!
Y
el silencio volvió a nosotros. No encontré en su mirada ni enojo ni culpa,
nada. Aunque sus labios se entreabrieran un poco, asegurando que tenía algo más
que decir.
—¿Todo esto tiene que ver con
Michael?
El
corazón comenzó a martillearme como loco. No lo creí, ni podía ser.
—Oh, Dios mío.
—Bien—él quiso reponer—, no es sobre
Michael.
—¡Es
que no puedo seguir teniendo la misma discusión contigo una y otra vez, Ross!
Estás… ¡Estás convirtiendo esto en algo demasiado difícil!
—Muy
bien, yo estoy convirtiendo esto en algo demasiado difícil, bien. ¿¡Y qué
quieres que haga!?
—¡No lo sé, no lo sé...!
Quería
que entendiera, que confiara, que dejara ya ese estúpido papelito de novio
celoso que continuaba hartándome. Quería que me dejara descansar. De una
maldita vez.
Un
descanso.
—M-mira, creo que lo mejor sería...
tomar un descanso.
Lo
dije, y aquello no me pesó.
—Bien,
genial, tienes razón. Vamos a tomarnos un descanso. Relajémonos, ¿Bien?—se giró
con suma tranquilidad hacia el pequeño perchero que tendía detrás de nuestra
puerta para tomar el abrigo de ambos, y sólo luego de eso, volvió a abrir la
puerta de par en par. No terminé de comprender qué era lo que estaba ocurriendo
ahora con él—. Vamos por un helado al parque o lo que quieras…
—…No.
Entendí
que no lo había comprendido. No aún. Pero, yo lo haría más claro.
—…Un descanso de nosotros.
Y
se marchó, luego de dar un portazo.
Katia!
ResponderEliminarPor si aún no te ha quedado claro, TENGO que repetirtelo! ME ENCANTÓ!
¿Sabes? Lo leí de nuevo, y de nuevo... Y DE NUEVO! :) Y me sigue encantando.
Y... ¿sabes otra cosita? Me encanta trabajar en esto contigo. Creo que nunca te lo había dicho. (Bah! Pero tu ya lo sabes!(: ) Te quieroo! <3
PD:
COMENTEN CHICAS! :)
GUAUUU!!! ya se noto que es largo el cap ._. pero estubo genial!! :D AAAGGG Ross entrometido!!! ¬¬ se parece a las tipicas señoras-vecinas que te estan espiando ¬¬ espero que Rachel este bien D: quiero ver al malo!!! quien es!!! D: Sigue pronto plis.
ResponderEliminarCuidense, besos ^^
Aaaw me encantan los momentos MonxChandler, y el final me ha dejado con gran intriga. Pobre Rach, si ya tiene que sufrir toda esa locura, no me imagino lo que pasará cuando el personaje antagonista haga acto de aparición. Definitivamente, este fanfic es uno de mis preferidos.
ResponderEliminarBueno, Katii, lo que escribo depende mucho de mi estado de ánimo. Si me encuentro triste o desanimada, por más que intente sonreír, lo que escribo, por alguna razón, siempre manifestará mi angustia; lo mismo cuando mi corazón grita de alegría. Es una manera de expresarme y no ser criticada. Me es muy difícil decirles a los demás qué como me siento. Soy una persona un tanto cerrada a hablar de sus emociones, y muy tímida. Por eso la escritura es mi libertad, mi escapatoria. Aunque afortunadamente me he sentido más animosa estos días. Tengo una familia estupenda, y amigos incondicionales que me alejan de la tristeza. ¡Gracias por leer cada una de mis locuras, Katii! :)
Bendiciones ^^
Genial!!!!! En mi blog tengo un enlace a esta nove y cada vez que entro para actualizarlo me fijo si hay un nuevo capítulo, Me fascinó esta segunda parte.
ResponderEliminarGracias por compartirla esta hermosa como siempre.
Besos!!!
SIMPLEMENTE GRANDIOSO GENIAL EXCELENTE BUENISIMO de verdad TE FELICITO! sigue asi ! *--*
ResponderEliminarAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!! DDDDD:
ResponderEliminarTe Juro Que!! Parecia una Loca Gritando Frente a la Computadora!! Realmente esta Novela hace que todos mis sentidos se Exalten!! Sabes lo que Causas Kati? Jajaj... Esque Realmente me encanto este Capitulo, Me Encantaria mas si todos los Capitulos Tubieran este Tipo de Accion Sabes?
Dios me Encanto!!! Siguela, Siguela, No te Tardes Tanto te lo pido... Claro pero si son los estudios no te preocupes te entiendo....
Bye....Espero el Proximo Capi Pronto....
Besos :3
¡Hola!
ResponderEliminarWow! me gusto mucho el cap y me gusta mas que esten largos para que asi pues disfrute mucho mas.
Gracias por comentar mi nove, sigue asi xD
Bye
Aww! Que lindo cap!
ResponderEliminarMe encanto desde la primera palabra hasta la ultima! n.n
Perdon no haber comentado antes, no habia podido por tiempo pero me lo habia leido hace unos dias, Realmente F-E-L-I-C-I-T-A-C-I-O-N-E-S!! me tienen pegada a la nove! ♥
Espero el proximo cap! Ufff... Ojala la espera no sea muy larga pero tranqui que si no puedes por cosas importantes sabremos esperar! Cuidate :)
Gaby.Colombia!!
AAHH aca aca.__.! por que siempre ultima odiare mi vida¬¬!! peor de lo que es D:!!!!!!!!. no pude comentar por los tiempo sorry katia D:!!!! PERO TU SABES T_T!!ESCUCELA ESCUELA ESCUELA LA MIERDA ESCUYELA!! OJALA SE MUERA T_T
ResponderEliminarD:!! ooh ohh ohhh noooo!!!
MNOOOO D:!!! RossD:! ROSS ta mori con eso xDJAAJAJAJA de querer entrar y chadler deteniendolo ( se escribe a si e__e) D:!! AAAA .__.! si no es uno son todos no -.-`!
Joy .__.! meda miedo e__e enserio ese chico deveria tener un piscologo .__.!!
aAA D:!! NO NO NO! ROSS ENTRO Y DIJO ESO Y YO O___________O!! MIERDAA QUE PEDO CONTIGO D:!! Y Y Y NO Y ME LA DEJAS A HI POR QUE!! POR QUE! yo te digo por que ¬¬!!por que sos bien conchuda D:!! ok no ya mentira .__.!
AAAAA *______*!!!!!!!!!!! su cita la ame igual a un que ross a cague¬¬! es un celoso de primera pero tiene sus raones D:! OSEA MICHAEL JACKSON! e.e! si te daja sorry pero nunca se tiene la oportunidad para salir con michael jackson D:! TU SABES OPORTUNIDAD UNICA!!! .__.!
Monica: Por favor… por lo que más quieras, tienes que prometer por lo más sagrado que…
Joey: ¡Al punto, Monica! D:
Monica: ¡¡Bien!! ¬¬ Escucha… tienes que prometer que…
-Phoebe está llegando a Central Perk-
Phoebe: ¡Hola chicos! :D
Joey: ¡Pheebs, Pheebs! ¡Michael y Rachel están enamorados!
wooob = D!! el sabe guardar secretos =D!! le contare un secreto de a lo mejor lo guarda tan bien -.-` nota el sarcasmo D:!!!
AAAWW*_*_ SIGUE PRONTO LO PIDO ! Y LA PROXIMA SERE LA PRIMERA LOJURO!!¬¬! OH SI NO ME MUERO!! D:!!! T__T
SAYOONARAAA
AAAAAAAAAAAAAAAAHH e.e No mancheees DDD: ya quiero la otra parte :B
ResponderEliminarMe encanto cuando estaban intercambiando frases Rach & Mike e.e Jajajajajajaja fue de lo más gracioso e.e
NO es una cita (-8 e.e
SIGUE PRONTO PORFAVOOR! & perdon por no comentar antes :/
Dios las bendiga :DD
Chao C:
Hola chicas!
ResponderEliminarNueva lectora ^^
Me encanta la historia! Han combinado 2 cosas q adoro:
Mi serie favorita es Friends, y q decir de Michael? Si lo amo tanto! *.* xDDD ok ya .___.
Siempre me ha caído mal el personaje de Ross e.e, entonces me encanta la idea de que Michael le baje a la novia xD
Deberían de haber invitado a Michael a la serie no creen? D: malditos productores ¬¬
Hubiese sido el capitulo más visto *.*
Ok me desvie del tema .___.
Comento el capi :D
Rach se desmayo? se la entiende, quien no lo haria al enterarse de q Michael Jackson te ama...osea MICHAEL JACKSON!!! *-*
"No es una cita D:" e.e'
estupido Ross q arruino aquel lindo momento ¬¬
uuh q intrig, ya quiero que aparezca el malo/a :S
Espero el siguiente capi con ansias :33
Saludos :D
Ok ok!... es O F I C I AL
ResponderEliminarNunca me cansaré de decir esto!...
ADOOROO LA PAREJA DE CHANDLER Y MONICA *-----* awww :'3
ellos nacieron para estar juntos ;)
Phoebe: (A Joey) Sabía que algo así pasaría… ayer no me crecieron nada las uñas de los pies (:
JAJAJAJAJAJ ayyy esa Phiebe es tan.... PHOEBE!!! :3 jajajajajaj ella es geniaal!!! ídolaaa!! :BB
Chandler: ¡Escucha! ¡Que dos personas estén enamoradas no significa que tengan que estar juntas!
Ross: -Se separa de Chandler.- ¡¿Qué!?
Chandler: O_O Nada.
Ross: ¿¡Qué acabas de decir!?
Chandler: Dije… Escucha y después me quedé callado… No dije nada. –Nervioso.
Ross: Ya fue suficiente. –Sale de ahí.
Chandler: Lo intenté. ._.
Uhhhh ese Ross bien chismosillo eeeh é.e jajajaj y luegoo me imagino cada escena por las fotiitooos :EE jajajajaj
Michael: Estás… te ves… digo, me refiero a…
Rachel: ¿Sí…?
Michael: …Estás hermosa.
AHHHHHHHHH es queee DDD: cómo le hacen para que Mike les salga tan perfectoo?? *-*
es decir... siento como si Mike lo hubiese dicho realmente :3 <3 todo lo que dice es MUY de él :) <3
Así comoo...
tímido y lindo a la vez *-* you know ;D <3 jajajajaj :B
y el personaje antagonista es el que toy pensando veeerdaaad? :BB jejejej creo que sí :EE
Espero que subaa capii prontooo :3
Y DE VERDAD LO SIENTOOOO por no haber comentado antes DDDDD:
la escuela me mata T_T
perdóneme en serio u.u'
nos vemos al próximo cap maniiis! la quierooo muchoooteee!! :3 <3